Y por fin, el tríptico llegó a su nueva casa en Beirut. Han sido un poquito más de dos intensos meses pintando esta obra por encargo y ha sido un gozo verlos colgados en su nuevo hogar.
Beirut me sigue sorprendiendo y apasionando, a veces intento reflexionar sobre la imagen que nos dan en las noticias sobre estos países y lo comparo con la realidad que vivo una vez allí. Y cada vez me encuentro con cosas más positivas que nada. Siento que la gente que conozco en el Líbano me cuida, me protege y me hace sentir como en casa. La realidad que vivo allí disiente bastante de la imagen que nos puede crear la prensa. Yo veo una sociedad abierta, moderna y con mucho ganas de avanzar.
En este viaje no hice nada de turismo, se trataba de un viaje de “negocios” y para estar con mis amigos más cercanos de Beirut. Pude conocer mucho mejor a Samih, el dueño del tríptico que es un 10 de persona e ir a sus oficinas, que son como un lugar de juegos chulísimo donde no me importaría ir a trabajar cada día.
Iyad, Hala, Dyala, Samih y muchos más, todos se han portado genial conmigo, se lo agradezco de corazón.
Y vuelvo muy contento, con ganas del próximo evento de arte que será dentro de nada en Londres este noviembre y con un posible grandísimo proyecto en Beirut que sería sin duda un punto importante de inflexión en mi carrera. Cruzo los dedos por que todo salga adelante y espero poder dar buenas noticias pronto sobre el tema.
Algunas fotos:
Dyala, Iyad, me and Hana. I love them!!!
Jordi Machi
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