"El cuerpo humano en el arte, un instinto primordial", publicado para la revista ATELIER!


Por fin llegó la publicación del segundo número de la ‪#‎revista‬ ‪#‎ATELIER‬. Y me siento feliz de formar parte de este prometedor proyecto de difusión artística ¡No os perdais mi artículo sobre el cuerpo en el arte "Un instinto primordial" y todas las novedades de la revista Atelier que gracias al esfuerzo de todos sus miembros y pese a su corta edad, ha logrado posicionarse entre las más relevantes del sector del arte en la reconocida plataforma de revistas online Issuu ! :D
Enhorabuena Atelier.
http://issuu.com/thelightingmind/docs/atelier_02/1?e=7438806%2F12339422





Aquí la revista!! :


Este es mi artículo:
El Cuerpo en el arte; Un instinto primordial.


He pasado los últimos días sumergido en un mundo de colores, de yeso y papeles Ingres, de talleres, de genios y de aprendices. He estado en la cuna del arte del Renacimiento italiano y he escrito sobre él, y la escritura es también una forma de viajar en el tiempo. Un mundo en que el arte lo era todo, era la única forma histórica de memoria, cuando los niveles de habilidad que se consiguieron eran tan altos que te podías concentrar en los significados y las ideas de las obras. La única forma de vernos a través del tiempo, la única forma de representar a nuestros cuerpos y nuestras almas.



Para entender lo que ha supuesto el cuerpo en el arte, hay que viajar mucho tiempo atrás. La representación del cuerpo humano ha sido una constante en las imágenes artísticas que ha producido el ser humano a través del tiempo desde que empezamos a poblar la tierra. Una conciencia de nosotros mismos símbolo de nuestra inteligencia adquirida. La representación del cuerpo más antigua es una figurilla fechada por la prueba del carbono entre 500.000 y 300.000 años. Es la representación de una diosa encontrada en Marruecos en 1999.

Le siguen otras muchas figuras y tallas de marfil con representaciones de cuerpos y por supuesto, las más arcaicas representaciones rupestres, las pinturas en cuevas en las que abundan los cuerpos humanos representados de forma simple con cabezas redondas, a veces con máscaras, la mayor parte de ellas son escenas de caza, datadas en el año 8000 ad. Así son los comienzos del arte, de la representación del cuerpo humano, me estremezco al ver la evolución de estas formas simples hasta la perfección que se alcanzo en tiempos como el Renacimiento. Es imposible no sentir orgullo al menos en este aspecto hacia nuestra especie.

La representación del cuerpo siempre fue instintivamente primordial en el ser humano, y entre las civilizaciones de la antigüedad, famosos son los Griegos en representar el cuerpo humano como algo hermoso y perfecto. Usaban diferentes posiciones, diferentes ropajes o joyas de las representaciones para expresar diferentes virtudes, condiciones sociales o valores del retratado. Fue en la antigua Grecia cuando se le dedico especial atención al cuerpo y a la belleza de su desnudez. Y en especial al desnudo masculino, se  solían representar a los Kouroi, atletas y héroes triunfantes con sus atributos sexuales a la vista sin ningún tipo de pudor, pues era algo realmente bello, un pensamiento que contrastaba con sus enemigos del imperio Persa, para quienes la desnudez era algo vergonzoso. Triste es pensar que este culto a la belleza y al desnudo se perdiera y se rechazara posteriormente con el triunfo de las actuales religiones y su moral. Estas representaciones de héroes, hacia finales del siglo VI a.C, irían evolucionando en sus formas y rasgos, dejando atrás las formas más básicas hieráticas y rígidas heredadas del antiguo Egipto hacia un floreciente naturalismo y un ideal de virilidad masculina creando un famoso canon de belleza griega. Un atleta victorioso era considerado un héroe, y su nombre perduraba después de su muerte.
La herencia griega fue la primera idea formal de los conceptos occidentales sobre el cuerpo humano.

Hablar del cuerpo es hablar del genio por excelencia, Leonardo DaVinci, nadie había logrado entender el cuerpo con la precisión como el lo hizo él y por supuesto Miguel Ángel, que por un tiempo fuero los dos más grandes artistas del Renacimiento italiano y sin duda dos de los más grandes artistas de la historia humana. Leonardo, Miguel Ángel, y el arte de la cuerpo están sumamente enlazados. Ambos diferente y con diferentes virtudes estéticas en la forma del cuerpo pero ambos llenaron de hermosas y sublimes obras de arte el Renacimiento que representan el cuerpo humano, y que perdurarán entre nosotros o al menos en nuestra memoria por toda una eternidad. El celebre Vasari, considerado uno de los primeros historiadores del arte, admiraba la fuerza de la anatomía de Miguel Ángel a la par que admiraba la fuerza de la pintura perfecta de Leonardo.



Imposible también no nombrar a nuestro genio Pablo Picasso, uno de los artistas más influyentes del siglo 20, nació en España, en 1881. En la obra de Picasso producida durante más de 80 años podemos observar su evolución como artista pictórico y así mismo también la evolución de un arte interesado en la verdad del cuerpo humano hacia un arte fragmentado y distorsionado en su estudio del cuerpo humano, lo cual supuso una nueva era en la historia del arte. Pablo Picasso está considerado el precursor del Cubismo. Las vanguardias habían llegado y con ellas, la destrucción y el rechazo hacia esa belleza del pasado, siempre entendida desde el contexto de aquella época y como reflejo de una situación socio-política angustiosa y violenta causada por la II Guerra mundial. El rechazo del arte hacia estos hechos hizo romper con los valores pictóricos del pasado.

En la actualidad hay varios artistas posmodernistas o contemporáneos de éxito que centran su arte en el cuerpo. Como el escultor Ron Mueck, por el que no siento especial empatía artística. El realismo visceral algo perturbador de Mueck , crea obras de tamaño exagerado basadas en el cuerpo humano, que bien recuerdan al anime “ Attack on titans”.

El arte contemporáneo está más preocupado ​​en el desarrollo de ideas y conceptos, en la forma en que es vivida por el espectador y menos preocupados por la obra en sí, que sus antepasados ​​modernistas. Un arte en el que el cuerpo humano, pasa a un segundo plano, pues lo que se busca es el concepto y no representar la verdad visual del cuerpo.


En el siglo XXI, la artesanía en el arte ha quedado prácticamente olvidada.  Los artistas que pintaban y esculpían los cuerpos como un reflejo exacto de la realidad son hoy reliquias de otro mundo. Aunque realmente esto no es ninguna tragedia, como artista, no puedo evitar sentir una pequeña angustia y empequeñecerme al contemplar el esplendor y la perfección a la que se llego en el pasado como en Miguel Ángel o Tiziano y sentir que jamás se podrá volver atrás. Poco veremos este arte en la Tate Modern de Londres y pocos premios encontraremos encauzados hacia esta antigua perfección, pero aun así, hay somos muchos artistas cercanos a la ancestral artesanía y al estudio del cuerpo, artistas que a veces se sienten marginados y rechazados frente al arte conceptual. Quizás la función antigua del arte se ha difuminado en la actualidad, el futuro del arte refleja el destino de la propia sociedad tecnológica. Su función es contarnos la verdad, pero hay que aceptar que posiblemente esta función es mucho más fácil que ahora sea capturada con una cámara que en una pintura al óleo.

 Representar el cuerpo siempre estuvo ligado históricamente con la necesidad humana de verse representado, y ese deseo sigue tan fuerte como siempre, y ahora es satisfecho por la fotografía, pero sin embargo, un impulso eterno hacia la antigua artesanía de la escultura y la pintura ha permanecido y sobrevivido a la abstracción y a la fotografía para enriquecerse más. Y si ha sobrevivido hasta ahora, siempre sobrevivirá.

Jordi Machí.










Jordi Machí.

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